martes, 29 de marzo de 2016

Guillermo Fernández

Otra vez con los ojos abiertos
otra vez con las quejas del suelo por donde camino
otra vez la mierda sobre los planos de reconstrucción
Mis amigos tienen nombres de hospital
y sus almas huelen a pasillos solos y limpios
Pero siempre se debe regresar a casa
y hacer un poco de ruido en los cuartos vacíos
(Había para nosotros un lugar en Nueva Zelandia
una ventana en todos los trenes del mundo)
Para que no entre voy a gritarle a la muerte
a poner vidrios rotos en lo alto del muro
Y velaré mis armas
Mientras vuelves.

31 de mayo de 1973
Guillermo Fernández, La hora y el sitio bajo llave, p.54.

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