TESTAMENTO
Te preguntan,
¿a quién dejarás tus cosas cuando mueras?
Entonces miré mi casa y sus objetos.
no había nada que repartir,
salvo mi olor a rancio.
Y la rata.
ésa que permaneció hostil y silenciosa,
esperando que ocurriera.
Inútil darle de comer
y suavizar su cama con jabón azul.
La esperé cada noche,
ansiosa de ver cómo sus largos bigotes
dejarán de esconder los dientes puntiagudos y depredadores.
Allí estuvo,
mirada astuta
y silencio de esfinge,
esperando que mi sangre corriera.
Vana espera.
La muerte llegó de adentro
por primera vez, calmada y definitiva.
Escribí en la pared su nombre,
para que el último golpe de sol,
a eso de las diez de la mañana,
pusiera sombra en mi testamento:
“La rata no permitió que viera la primavera”.
Después de muerta
hice la lista.
Una cena en el mejor restaurante
para Ángeles y Carlos.
Mis libros, mis inéditos guiones para José Ignacio.
Mis sueños para Ibsen.
Mi tarjeta Abra para Ybis.
Mi carro para Alberto.
Mi cama matrimonial para Mario.
Mi memoria para Salvador.
Mi soledad para la Negra.
Mis discos de Ismael Rivera para la Negra.
Mis poemas titulados “Granada en la boca” para la Negra.
Mi dolor de adolescente y madre, para Pedro.
Mis cenizas, para Ernesto.
Mi risa para Marina.
La noche anterior,
le había dicho a Ángeles y a Carlos,
si no puedo dormir,
escogeré la muerte.
El pernil de cordero estaba tan sabroso
que no me hicieron mucho caso.
Recuerdo que en una esquina de Chacao,
ella me abrazó y le dije,
el próximo viernes los invito yo.
Su cabello corto
y su felicidad por habérselo cortado,
me hizo entender que no era yo la apaciguada madre de Carlos.
Apoyé mi mejilla sobre su hombro.
Fue algo de segundos,
pero sentí que con la tijera sobre su melena,
algo se había ido.
Algo que no llevaba su nombre,
rondaba ahora las noches de insomnios y alcohol
en el barrio de la familia.
Morirse deliberadamente,
requiere de tiempo y paciencia.
Evocas la muerte gratuita de un hijo,
cosa que a ti nunca te sucedió.
La pérdida de objetos
y el silencio de una casa devastada,
tampoco te sucedió.
El dedo feroz de un enemigo señalándote
como un ser despiadado.
Pasa pero no es mortal.
Dos partos,
diez abortos
y ningún orgasmo.
Una buena razón.
El silencio de tu compañero cuando le preguntas,
¿por qué ya no me quieres?
¿Qué hice?
¿En qué fallé?
Y luego el recorrido por aquellos espacios silenciosos
y vacíos,
con tu presencia encorvada,
torpe.
Constatas que no hay jabón para lavar
ni favor para planchar
y a lo mejor
esas naranjas están podridas
Entonces recuerdas
una terraza a las siete de la mañana,
sobre el mar,
y alguien diciéndote,
le tengo miedo a las alturas
pero te amo.
Y luego,
el regreso a la ciudad
y la mazacumba de un hombre desnudo y alegre.
Piensas de nuevo en lo deliberado.
No es azar.
No es venganza.
Es tu mano
de palma sudada,
tocando su muslo.
Remontando un poco más
y recordando el desasosiego de tu compañero,
por la penumbra maloliente
de tu placer.
Siembre hay un antes
antes de morir.
Antes,
Quiero comerme unos tortellinis a la crema.
O tomarme un trago de Tanqueray.
O que me abracen con manos fuertes.
O, como dice, Caupolicpan,
que me pongan en presencia de Maiquetía,
la ciudad más hermosa de este país.
La deliberación entorpece la muerte.
Nadie,
que yo conozca
ha deliberado sobre su desaparición.
Miyó Vestrini
Existe una versión más corta de este poema la cual fue publicada en la
antología Todos los poemas, 1994. Esta versión, la cual se cree es la
completa y definitiva, fue publicada por primera vez en el libro
titulado Miyó Vestrini de Mariela Díaz, (2008). Volumen 80. Caracas:
Biblioteca Biográfica Venezolana.
viernes, 26 de diciembre de 2014
de cómo leer poesía
Creo que la poesía es una entrega al tanteo. Al tanteo de lo que
llega. Cuerpo y alma están allí abiertos. El hecho poético entra tambièn
por la piel. Se trata a veces de una efervecencia, una fiebre, un calor
súbito, una enfermedad. "Yo soy otro" decía Rimbaud.
La otredad nos llega. Esto es magnífico. Se trata de la fiesta del poeta. Y allí debe congregar su máxima atención. Cuando en mí llega la otredad yo doy cambio a la palabra, los rezos, la letanía, los ritmos... sólo para saber qué es. Sólo para hacerla hablar.
La otredad nos llega. Esto es magnífico. Se trata de la fiesta del poeta. Y allí debe congregar su máxima atención. Cuando en mí llega la otredad yo doy cambio a la palabra, los rezos, la letanía, los ritmos... sólo para saber qué es. Sólo para hacerla hablar.
Me hace más feliz poder escribir que publicar lo escrito. Escribir
pertenece al cuerpo y al alma, y produce más dicha. Me gustaría escribir
siempre sólo porque anhelo la dicha de las revelaciones que producen en
nosotros una alta tensión, un enervamiento eléctrico, una pasión
contenida... sin embargo, sé que no es posible para la poesía esa
continuidad. Los dioses no se posan con sus gracias opara nsotros todos
los días.
HANNI OSSOT.
EL REINO DONDE LA NOCHE SE ABRE
CIELO, TU ARCO GRANDE
HASTA QUE LLEGUE EL DÍA Y HUYAN LAS SOMBRAS
EL CIRCO ROTO
HANNI OSSOT.
EL REINO DONDE LA NOCHE SE ABRE
Selección
NOTAS SOBRE UN VESTIDO DE AMOR
Llevo el vestido de la embriaguez y de la fuerza soy
la portadora de un solo y único mar soy lo
innumerable de la espuma
Cada fibra del tejido es tu enredo.
Duerme, acógete ente estos hilos
circula entre mi trama secreta que te sueña
te borda y te dibuja
Llega
a esta plenitud sin centro.
Entre mis telas se traza el balancín, el columpio, la risa mientras nos lanzamos al viento
y los velos se avuelan
y los cuerpos se acuerpan.
Ven al abrazo único de este traje que te cubre, manto
de riegos que adulzura aristas.
Mi traje es de victoria y de reposos mi
traje conduce al blanco del silencio
más profundo
En su fondo: el cese
la noche apaciguada, acallada.
Entre estas gasas, entre sus transparencias te
inicio, me inicio
me colmo, me vuelco, me abro
al resplandor de la única conjunción beso de astros.
Soy la hija profusa, un cuenco de abundancias.
Mira, de este lado del hombro, un poco hacia atrás
casi en la espalda los frutos que se trazan
y más abajo las semillas
y las aguas, la respiración, la contracción.
Llevo mi más propio traje
el pensado por mí, el heredado, el secreto
Lo he tejido desde la niñez, lo he amparado lo he recibido
Mi traje es una única memoria.
Llévame a la Noche
conduce a lo desnudo
despójame de este saber
embriaga la embriaguez de mi embriaguez
desteje estos hilos finamente construidos
hilos de fidelidad
Vuélveme tierra absuelta
libre, excusada de sus pesos
Dame, el profundo descanso.
Y el amor
No sé qué sea el amor. Estos brazos abiertos quizás
Mi disposición
Mi apertura
Y este traje
por el que danzo en círculo con mis hermanas Nosotras, las propiciadoras del amor
Musas de Eros
Niñas.
Ven, vuélvete fértil. entre esta urdimbre
por la que cielos y tierra se mantienen en cohesión
Ven, danza en celebración mis hilos y mis velos
por ellos todo está atado
junto, unido.
¡Me deshago en celebración!
Mira estos brazos abiertos
mira el colmo de mi colmación Enloquecida, febril me ando y ondulo
Primero un pie, y luego otro,
luego toda la hondura de un lado de mí se anda y se desanda.
Vente, de a pasos
-como si no fuese ven de a disimulo
como si no fuese.
Como si fuese
una rara vocación
teje mi escuela
la maestra sabia
entre los amores del amor.
-Y ayer
Yo te daré tú ayer, sombra de sombras antiguo vértigo
yo devolveré tú ayer antiguo tejido el vestido otro de la otra en amor.
Yo te reconstruiré entre mis ropas yo te arroparé
como si no fuese.. .
La Luna y la Noche se andan de a dibujos en mi traje -sólo para ti
se acuerpan en mí para mi cuerpo de ti.
La Luna, la Noche únicas reinas.
Desciende, desciende a estos intersticios
colma este cántaro
riega
la flor que innumerable se teje entre mi traje
Di, el poema que ahora aún no he pronunciado como si esta iniciación
no fuese suficiente
Di, de lo precario de mí
di, de esta rara irregularidad
la irregular palabra de mis palabras la
sombría sombra de mi decir pinta este traje oscurecido
de dobleces
de fisuras
de honduras
Cálido. Febril.
junio 1983
DEL PAIS DE LA PENA
"te enseñaré el miedo en un puñado de polvo"
-T.S. Elliot
¿Quién soy?. .. "¿La luz que ilumina esta verja, esta tierra?"
¿Soy los árboles y las plantas? ¿Acaso el mar?
Soy colinas, riberas, agua bañada de luz
Soy un cuerpo cansado de tanta errancia
un cuerpo y un alma cansados del miedo
Soy el temor.
Desde lo profundo y oscuro escucho y tiemblo
Oigo lo profundo, lo oscuro, lo difícil
las contradicciones, todos los polos opuestos
las negruras, las blancuras, los intercambios
como si lo blanco reuniera a lo negro
como si lo negro reuniera a lo blanco.
¿Quién soy?
Primero una pena, luego el soportar.
Veo barcos, barcos múltiples que tocan mi orilla
Veo una casa destrozada por el dolor, demasiado cercana.
Los barcos relucen en la noche
-veo sus banderas
ellos son el arribo, la llegada
mas no la cura de la más antigua herida.
Veo barcos enfermos, antiguos, dolientes
y adentro muletas, invalidez, desazón.
¿Quién soy?
El sol me quema, incendia mi piel, ilumina mis ojos
Me vuelvo ardiente, soy ardiente respondo con amor a la canícula.
Yo te he buscado para saber quién soy, y yo no
sé quién soy
La hojarasca me ha arrastrado
Quizás para salvarme
Mi cuerpo está cubierto por una alfombra vegetal
la pelusa de las hojas me acaricia
me he hundido en lo verde
duermo, duermo, duermo
para que todo pase, para que todo termine de pasar.
Soy ahora el pájaro que enterré en el jardín
duermo bajo la tierra para que todo pase
quiero obviar el dolor y el horror. Olvido, olvido. . .
Pienso, ya no es tiempo de la resaca
cada ola me dicta una continuidad
nos la dicta
mi continuidad es una estación sutil, imperceptible
a los apresurados.
Tú llegaste del país de la pena. ¿Adónde, adónde?
El mar se abre en mí, vasto para lavarme,
regarme
poco a poco voy hacia él
con respeto.
Y lejos veo los barcos
barcos cargados de llanto, de indignación contenida
barcos magdalenas.
"¿Escribiste el poema, lo lograste hacer bien?
Te pregunto".
¿Quién soy? Te fui a buscar
Pero fue en Venecia donde te vi
Allí estaban tus cosas
manteles, bisutería, un granate, topacios
Venecia: reposo para la melancolía.
Padezco
¿Quién soy yo?
Quiero ir a la playa, quiero ver el mar
quiero ver la tierra estremecida por el amor del mar
adoraré la belleza, los esplendores
La ciudad me obliga a trabajar
y yo mientras tanto suspiro
suspiro.
Después de tanto dolor creo que las cosas se acomodarán
un remiendo por aquí, otro por allá
estoy extenuada
-tres años y medio de edad son suficientes
para entenderlo todo
vida, muerte, abandonos, distancias.
No soy hija de la guerra, suspiro...
soy nieta
Este pasado me lo voy a tomar lentamente, con demoras
(mi marido es humorista y ríe, ríe de mí y tiene razón)
También mi padre decía: "Hay que reírse"
pero no pudo reír, de tanta pena.
¿Quién soy? Creo que soy una trinitaria encendida
una trinitaria fucsia
colgando sobre el muro.
He colocado mi florecer sobre el muro
para que sea más hermoso
para que se suavice
quizás quiero ocultar u olvidarme
de esa piedra tan áspera. El muro.
El muro de Berlín.
No quiero el horror sino la tolerancia
la casa, amigos, libros,
el granate de amor, los hermanos.
Quiero que en mí se resuelva el mar, la hojarasca.
¿Dónde estás? ¿Dime, quién soy yo?
Los árboles están silentes, no hay grillos
sólo lo metálico suena
máquinas y dinero se dejan sentir
oigo carros y al fondo una huelga
¡nada pasa aquí!
pero las luces están encendidas
y el corazón arde.
Soy testigo de esto. Y de lo otro
Soy testigo.
No importa. Allí está la flor del apamate
Tú dijiste que era la flor del apamate.
He visto la flor del cerezo
era bellísima. Doctor, era bellísima.
Ah, tanto agobio, a veces carezco de fuerzas.
Todo lo que tenemos que cuidar: nosotros, la tierra, el alma
supongamos que la poesía también
y los niños, el niño en nosotros
la cocina, la lucidez en la cocina
la lista es demasiado larga
y es demasiado para nosotras
¿podrán los hombres ayudarnos?
¿oírnos?
demasiado peso; sí, demasiado peso demasiado
agobio.
Venecia, Venezuela
Suspiro, tiemblo, ardo
Mi marido trabaja y es de noche. Las gatas chillan.
Oigo el mar, la caracola me informa
No todo es resolución, pero algo debe resolverse
algo así como una paga
¿pero qué?, no sé...
¿Qué soy? Escucho algo en mí, una voz, quizás
algo que quiere salir
algo claro
que ahora no entiendo, que rumorea.
¿Soy de la Edad Media?
atrás están mis muertos
atrás y cerca
ellos, los dolientes
los que no entendieron el absurdo
su propio absurdo
los que no pudieron verse aún
ellos, los adolescentes
los que padecían, adolecían.
Una vez dije: El mar en mí no deja dormir
Ahora lo sé,
sé qué significa la vigilia
estoy atenta
llevo algas apegadas a mi cuerpo.
¿Quién soy? ¿Una ruta? ¿Un camino?
¿Una carretera entre ciudad y ciudad?
¿Seré un intermedio, un lapso?
No la conciliación, no. Sino algo más
Veamos, debo clarificarme, o quizás no.
Veo una línea de palmas, una neblina
Allí hay dos y tres
un hombre, una mujer
dos hombres
lejos, niños
Sé lo que ello significa
arenisca, polvo visto entre la luz
puntos que atajo
Mi corazón arde, latido a latido
no hay fragua
estoy en calma.
La casa está aquí, aquí los fuegos y las aguas
aquí el lar
"Pero tú, tú sufriste tanto, para todo esto"
Ah... mi pasión. Ah... mis perdones
Claridad, luz divina, ven a mí.
El sol arde y quema, se consagra frente a mi otoño
El sol me habla, contra el otoño, contra la ruina
-pero también soy el otoño.
Ah fruta veloz pronta a la tristeza
todo lo bello en ti, pelusa de durazno
se regala para ser higo
como si fuese un intercambio
entre lo difícil y lo fresco.
Mi ámbito, ¡cuánta claridad!
Oh tierra, cuánto debo hacer para comprenderte
cuán minuciosa debo ser.
Ahora vivo en el detalle, en fragmentos, en trazos
sobre la línea de un rostro.
¿Quién soy?
No tengo cara, seguro, es seguro, no tengo cara
mis ojos vuelan más allá
mis pómulos son contundentes
mi cabello revolotea o se hace dócil
la luz lo abrillanta, lo achica
fuegos en mí arden
Y ahora quiero algo parecido a la paz
algo así como lo regular
tiemblo encendida de tanta pasión
(Mi marido está durmiendo... , al fin; así no me oye
mi marido sabe cuando pienso, cuando siento,
la resonancia de mí le llega y es fuerte).
Estoy en mi cuarto, en mi "cuarto propio"
Allí está la ardilla alemana
las muñecas: la inglesa, la merideña
la venezolana, la italiana
allí está el pájaro primitivo
la talla
allí la foto del balcón hacia ningún lugar
Grecia, Alemania, Venezuela, Londres, Venecia, Egipto.
Los cuidos.
Es demasiado. Suficiente. Suficiente.
Carezco de fuerzas
He dejado el poema, la palabra
He hablado demasiado.
Ya casi no hay culpas
sólo la sombra desfalleciente de lo que somos
amparo
queremos amparo
los buques con sus luces
las banderas
los cañones, las balas, las invisibles balas
ya no entran en mí
oigo sólo la voz de los grillos
la voz de la tierra
la voz de la naturaleza
queda, casi mugiente
como una imploración
¿quién oye?
¿quién está allí?
¿quién habla?
Toco a
las puertas
No es el de adentro quien pregunta
Es el de afuera
el demolido
el cansado
el exhausto
Y mi voz se alarga, se extiende
¿Quién está allí?
El rayo de luz se ha acortado
debo dormir, es de noche
los ángeles nos cubrirán
como a una pareja de amor
en cuido
Mi alma sola late y veo los reflejos
hay allí un cuaderno, hay allí un lápiz
un molinillo de café
y está la firma de Steinberg, a quien no conozo
El grillo salta y salta -lleva la libertad en sí
Acciono, acciono y no comprendo
trato de comprender, lentamente
mi niñez y mi vejez lo impiden
tengo cuarenta años.
Dios, ¿qué significo. .. ¿quién soy?
Hay un alba, sí
y una medianoche
hay un cuerpo que ondula
hay mujeres con un pañuelo amarrado a la cabeza
y eso significa algo, un luto quizás
pañuelos negros para sujetar la desesperación
creo que todo tiene significado
sé de todo lo que significa
¿Quién soy? ¿Tengo yo un significado?
¿Soy una palabra, un viento, una planta?
Mi corazón arde. Lloro, ardo...
Ahí voy, como a la sombra de destinos
La pluma de mi pluma está ardiente
revoloteando, siguiendo la brisa
Mar, en ti confío para que des a los otros su límite
como a la playa
Estoy absorta ante ti, casi espantada
todos mis riesgos se retraen
Cuido. Cuido. Cuido. Habrá que ir con cuido.
¿Qué mas? Las estrellas están allí. Silentes.
Y hay obra. Corazón.
Si todo esto ha sido malo... ¿entonces?
Entonces no habrá corrección.
¿Quién soy? ¿El milagro de un error?
La ventana se abre
La culpa se ventila
El sol irradia
En la costa yace un marinero
la mujer llora
desconsuelo, desconsuelo, desconsuelo
No hay punto final para esta guerra
esta guerra horrible
esta destrucción
mi alma ha sido partida en dos
piedad por mis ángeles
Santa Cruz
He llorado. La tierra me sublima. Los vegetales
La carne
El hombre me sublima
y estoy por él más allá de él
entre cacharros y suspiros
Por ello lavo la casa
Y este grito solitario... ¿qué será?
Suficiente.
Es la luz de la Luna lo que hoy me ilumina.
Noviembre, 1985
CIELO, TU ARCO GRANDE
Selección
Se escriben poemas
para los hombres que no pueden orar
La laguna
está plena
oscura
azul
densa
el cielo la besa, casi en ovación la
vemos, desde aquí
desde este cuarto pequeño
sin estar allá
sin necesidad
devotos
Junio 1988
HASTA QUE LLEGUE EL DÍA Y HUYAN LAS SOMBRAS
Selección
EL HORNO
El horno es un estuche, un vientre secreto
una madre mecánica que manejo con mis fuegos y mi apetencia
Lo obligo a encender sus paredes
lo gradúo
Le digo: abrasa a tu presa
quema su superficie
ablanda su centro
Le digo: trescientos grados... y su pasión obedece
Amante sólo amante suda fuegos y se deja
invadir por el aroma se deja
regar por los desbordes de aquello que quema.
No es un ángulo
ni se abisma en su centro como una esfera Es
sólo caja de calor
alma no circular cuyos ritmos determino.
El horno es una hechura
un preludio
una red, una trampa
el centro de la casa y de la farsa
Por él la saciedad, el olvido, el sueño, la
embriaguez Ronca el horno y no lo sabe apaga vigilias
y luces
quema la presa aniquila al comensal
Se fuga el animal, se hunde un diálogo en la noche
se entibian las razones el horno se enfría
quedan manchas, huellas de la cena
Los hombres recogen sus abrigos y un cuaderno ahí, una cosa...
Cae
melancólico el sopor.
Es el trabajo del horno impuesto a la fiesta el
rigor del horno
exacto regular
implacable adormidera mecánica
calidez
vientre de la casa
secreto de abuela de hierro y de rejillas.
La reja es otra cosa
y otra el dibujo de la reja
otra y más honda, secreta, es mi división
Y ese invitado, ¡fuera!
¡si no fuese por mis rejas,
la casa
el otro horno que aquí quema!
Febrero 14, 1982
ALMA
Cerca del peligro, plenamente disponible
-el alma
Entre corrientes, avanzando ciega
Colocada entre lo infernal y la quietud.
Hay una tempestad que arranca el tronco y lo arrastra
Hay una escisión en ascenso desde lo hondo
una marea, un hervor vuelve, regresa
allí para la paz
aquiétate
sé una sola mirada hundida en el ámbito la
mañana, lo claro del comienzo
o la fragua del día
Sé esta única unidad cotidiana
no lo separado
no lo marcado por la diferencia
LA NOCHE Y LA LUZ
La Noche se va haciendo en mí
profunda
revocable como una estación
La oscura esfera de lo oscuro
ha inundado mi ámbito
y se cierra como el beso de dos cúpulas
Ya yo no sé cuál es mi fondo Soy ahora
noche entera
Conservo palabras
pero hoy
ellas no son lo suficientemente diurnas no
pueden guiarme no son linterna
ni lamparita de media noche
Pienso en Delfos, debo recordar Delfos
cóncava
iluminada
abierta
Debo pensar en el espacio más luminoso del mundo
Delfos, lugar nocturno hecho luz
Es preciso
es preciso realizar de la Noche la Luz
Abril, 1982
ES KLINGT EIN LIED IN MIR
A Eugen Ossott
Los muertos son estrellas
profundas estrellas enclavadas corno
centros de luz
en el ámbito de la Noche que aparece en nosotros
-Dolorosa
Los muertos son fulgor de permanencia
la Tierra prolongándose infinita infinita en
la lejanía de un astro que desea y se mantiene
como un acto de amor acto entre estrella y
planeta altísima conjunción
acto entre hombre y estrella
Los muertos son puntos brillantes manchas de retención
entre el oscuro mar que habito,
alta y elevada guía cuyo reino es
la fe
el pacto intuitivo entre hombres y astros y el
sol, el centro que nunca sabremos pacto
indecible...
Los muertos son las dolorosas y solitarias
estrellas que no sabemos decir ya Raras,
extrañas
nos dicen diariamente
nos cuidan a destajo
guardianes de nosotros
mudos testigos
Los muertos son la fuente el origen
lo estelar ... la razón de una estrella
Son
la violencia a la más profunda mudez
ambos, muerto y estrella, son el ritmo la
propagación del canto ambos la única
música
Suena en mí este canto
Suena en mí esta elegía festiva
honda y altamente
inscrita en sangre piel alma ella me
abona y hace mi tierra
Los muertos son
estrellas.
Los grandes muertos
los perfectos heroicos puros inviolables
e intocables
son constelaciones
Más allá es lo impensable
Ningún hombre puede ser más que una constelación
Ningún hombre merece más que una corona
o un ramo entretejido de laureles
Los hombres muertos son estrellas anónimos
como estrellas imperturbables
haciendo lo que deben iluminar
desde su sacro exitoso fracaso
la honda oscuridad de ser irradiar estériles y
activos arder desde un centro de nada quemar
para que la noche sea visible
Desde aquí, desde mi casa veo mis muertos
plácidos en gira doméstica
En lo extranjero los veo meteoros
lanzados
fuera de quicio
He viajado, me he extraviado
siempre a la sombra de estrellas
a la sombra de mis muertos
vigilan en su fijeza en su continuidad son
el ejemplo
de la altísima armonía
debo seguirlos, debo seguir el compás el
contrapunto de su habla debo escuchar su
luz en mí
Ahora entiendo
sé de estrellas
sé de música y armonía
Me inicio.
EL CIRCO ROTO
Selección
LA MORDIDA PROFUNDA
Hay una mordida profunda
incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
y soy,
y poseo y dono.
Regalo mi cuerpo y mi ansia.
Hay una mordida en mí
que doblega al otro
lo arrodilla, lo inclina
por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
vértigos
precipitaciones
abismos
Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
en el amor...
y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
y no me sabes.
ELLA ERA BELLA Y DE ELLA APRENDÍ ESTE HORROR...
A Lena, mi madre
A Arlette Machado
¿De qué hablaré hoy?
¿de su rostro?
¿su traje?
¿de sus ojos?
hubo y la vi
una pleamar...
hubo pasado
trajes hermosos colgados en un clóset
alcanfor...
y la música
para apaciguar
¿De qué hablaré hoy?
de ustedes?
que no me conocieron?
de ustedes?
que no me conocerán...?
soy sólo hoy un pedazo de luna
el rasgo de una playa
el arañazo de un gato
el beso de uno que se creía violento
y a quien mordí
Ella
era bella.
Y de ella aprendí este horror.
Abril, 1991
LA FLOR GANADA: EDELWEISS
Escalo montañas
soy una alpinista
en búsqueda de la prístina flor
Edelweiss
Mi ansia es un cielo alto
rocoso
pleno de dioses
Mi amor
mi amor
mi amor
es una utopia
-Edelwemss
la florecilla apasionada
entreverada entre las rocas
Cada paso de mis brazos y mis piernas
es un llamado
cada resbalón, una pérdida
Sudo
me acuerpo
miro hacia el vértigo
y trato de no mirar.
Asciendo, asciendo hacia la flor
Y cuando allí esta
la arranco
y la guardo en mi bolsillo
como esperanza
Luego viene el descenso
¿quién se merece la flor?
¿Qué hombre la merece?
Mayo, 1991
POESÍA
A mis alumnos y a Lotty Ipinza,
cantante de óperas y poeta...
Quien vive la poesía. vive la tensión.
El cielo, la tierra. los hombres les resultan extraños.
Calla: aquí vive un Angel... !un pájaro!
La serenidad y la tormenta conciernen al poeta.
El cielo naranja sobre una colina azul
La sagrada voz del Requiem de Brahms
El plenilunio. La melancolía.
Al poeta le gusta el abrazo
el roce, los besos llenos de licor
y la caricia, la última caricia
la caricia final
susurrada
infinita
¿Qué es ser poeta?
Llorar.
Llorar. Infinitamente.
Y escuchar una voz de hombre
silente y viril
por su feminidad perdida
porque la poesía es feminidad.
Y los hombres poetas deben ser femeninos.
Y las mujeres poetas deben ser masculinas
Y esta es ley de Dios
Ley sagrada
Abril, 1991
UNA MUJER SOLA
A mí y a Gioconda Espina
Una mujer sola
rodeada de cactus
de Palos del Brasil
tiene poca salida
no puede ir al Circo
la fiesta le está vedada
la alegría pospuesta
Una mujer así, sola
de ella no queda nada.
Junio, 1991
LAS PASTILLAS
A los médicos psiquiatras
Una pastilla
dos pastillas
tres pastillas
seis pastillas
Dayamineral
Carbonato de Litio
Haldol
Neubión
Oranvit
Rivotril 2 mg
¿y el médico?
Deambulando por ahí... ahí como en la Luna
Sin saber de la verdadera enfermedad
La enfermedad es el vivir
la única
La enfermedad es el cuerpo
y las pastillas no sirven de mucho
Sólo sirve el alma
haciendo cuerpo
y el cuerpo haciendo alma
¡Fuera el Lexotanil!
Ciao bambino...
Desde mi experiencia en Londres 1980
hasta los actuales momentos
Caracas, 1993
DE LA PATANERIA
De la grandeza del mundo
vive el Señor
De la grandeza del mundo
las lágrimas
Tú, a quien veo solitario
hablando en alta voz
por ti no doy nada.
Cunde sólo la grandeza
Puedo dar una migaja
la paz de la belleza
Santos, magnificencias
Esplendores
Ante la gloria, la patanería no se concilia
requerimos de espacios angelicales
dulzuras
suavidades
una voz baja
el esplendor de un rayo cálido de luz en el cuerpo
Junio, 1991
POR SALIR DEL CHARCO
A Washington con Manuel
En algún lugar del mundo
una mujer se sentaba todas las mañanas
a contemplar un viejo edificio.
Y había ventanas, sí
plenas de sombras
hombres, mujeres, monstruos.
Esa casa estaba deshabitada
no había amantes, no.
Sólo aves que a veces cruzaban el horrendo paisaje.
En algún lugar del mundo
había una lámpara rota
que no era de ella.
También un diccionario.
Eso no podía resolver su soledad.
Había tres árboles, cuatro árboles
y ruidos, la calle, los automóviles.
En algún lugar del mundo ella
no pudo hablar con quien podría
ser su amante.
El placer estaba vedado.
Las ambulancias pasaban
El fastidio cundía.
En algún lugar del mundo
ella se detenía
a ver un enchufe
un sofá
una mesa repleta de libros y de centavos
y al marido: mustio, callado, leyendo...
También había pastillas, muchas pastillas
y un avión que pasaba.
Llevando a gente que sí tenía lugar.
En algún lugar del mundo
ella rezaba
por salir
por salir
del charco.
Washington, junio 1990
Desde la próxima enfermedad...
EL CIRCO ROTO
A todos
<<Toda la vida es un drama>>
Rafael Cadenas (En una conversación.)
He muerto
he trascendido la muerte
he trascendido la vida
más allá de mí no queda nada
sólo rastrojos
penas
La fiesta se ha apagado
las luces del teatro ya no existen
estoy en la nada
del Circo no queda sino un traje raído
cansado
descolorido.
Julio, 1991
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