viernes, 26 de diciembre de 2014

Testamento

TESTAMENTO

Te preguntan,
¿a quién dejarás tus cosas cuando mueras?
Entonces miré mi casa y sus objetos.
no había nada que repartir,
salvo mi olor a rancio.
Y la rata.
ésa que permaneció hostil y silenciosa,
esperando que ocurriera.
Inútil darle de comer
y suavizar su cama con jabón azul.
La esperé cada noche,
ansiosa de ver cómo sus largos bigotes
dejarán de esconder los dientes puntiagudos y depredadores.
Allí estuvo,
mirada astuta
y silencio de esfinge,
esperando que mi sangre corriera.
Vana espera.
La muerte llegó de adentro
por primera vez, calmada y definitiva.
Escribí en la pared su nombre,
para que el último golpe de sol,
a eso de las diez de la mañana,
pusiera sombra en mi testamento:
“La rata no permitió que viera la primavera”.
Después de muerta
hice la lista.
Una cena en el mejor restaurante
para Ángeles y Carlos.
Mis libros, mis inéditos guiones para José Ignacio.
Mis sueños para Ibsen.
Mi tarjeta Abra para Ybis.
Mi carro para Alberto.
Mi cama matrimonial para Mario.
Mi memoria para Salvador.
Mi soledad para la Negra.
Mis discos de Ismael Rivera para la Negra.
Mis poemas titulados “Granada en la boca” para la Negra.
Mi dolor de adolescente y madre, para Pedro.
Mis cenizas, para Ernesto.
Mi risa para Marina.
La noche anterior,
le había dicho a Ángeles y a Carlos,
si no puedo dormir,
escogeré la muerte.
El pernil de cordero estaba tan sabroso
que no me hicieron mucho caso.
Recuerdo que en una esquina de Chacao,
ella me abrazó y le dije,
el próximo viernes los invito yo.
Su cabello corto
y su felicidad por habérselo cortado,
me hizo entender que no era yo la apaciguada madre de Carlos.
Apoyé mi mejilla sobre su hombro.
Fue algo de segundos,
pero sentí que con la tijera sobre su melena,
algo se había ido.
Algo que no llevaba su nombre,
rondaba ahora las noches de insomnios y alcohol
en el barrio de la familia.
Morirse deliberadamente,
requiere de tiempo y paciencia.
Evocas la muerte gratuita de un hijo,
cosa que a ti nunca te sucedió.
La pérdida de objetos
y el silencio de una casa devastada,
tampoco te sucedió.
El dedo feroz de un enemigo señalándote
como un ser despiadado.
Pasa pero no es mortal.
Dos partos,
diez abortos
y ningún orgasmo.
Una buena razón.
El silencio de tu compañero cuando le preguntas,
¿por qué ya no me quieres?
¿Qué hice?
¿En qué fallé?
Y luego el recorrido por aquellos espacios silenciosos
y vacíos,
con tu presencia encorvada,
torpe.
Constatas que no hay jabón para lavar
ni favor para planchar
y a lo mejor
esas naranjas están podridas
Entonces recuerdas
una terraza a las siete de la mañana,
sobre el mar,
y alguien diciéndote,
le tengo miedo a las alturas
pero te amo.
Y luego,
el regreso a la ciudad
y la mazacumba de un hombre desnudo y alegre.
Piensas de nuevo en lo deliberado.
No es azar.
No es venganza.
Es tu mano
de palma sudada,
tocando su muslo.
Remontando un poco más
y recordando el desasosiego de tu compañero,
por la penumbra maloliente
de tu placer.
Siembre hay un antes
antes de morir.
Antes,
Quiero comerme unos tortellinis a la crema.
O tomarme un trago de Tanqueray.
O que me abracen con manos fuertes.
O, como dice, Caupolicpan,
que me pongan en presencia de Maiquetía,
la ciudad más hermosa de este país.
La deliberación entorpece la muerte.
Nadie,
que yo conozca
ha deliberado sobre su desaparición.


Miyó Vestrini

Existe una versión más corta de este poema la cual fue publicada en la antología Todos los poemas, 1994. Esta versión, la cual se cree es la completa y definitiva, fue publicada por primera vez en el libro titulado Miyó Vestrini de Mariela Díaz, (2008). Volumen 80. Caracas: Biblioteca Biográfica Venezolana.

de cómo leer poesía

Creo que la poesía es una entrega al tanteo. Al tanteo de lo que llega. Cuerpo y alma están allí abiertos. El hecho poético entra tambièn por la piel. Se trata a veces de una efervecencia, una fiebre, un calor súbito, una enfermedad. "Yo soy otro" decía Rimbaud.
La otredad nos llega. Esto es magnífico. Se trata de la fiesta del poeta. Y allí debe congregar su máxima atención. Cuando en mí llega la otredad yo doy cambio a la palabra, los rezos, la letanía, los ritmos... sólo para saber qué es. Sólo para hacerla hablar.
Me hace más feliz poder escribir que publicar lo escrito. Escribir pertenece al cuerpo y al alma, y produce más dicha. Me gustaría escribir siempre sólo porque anhelo la dicha de las revelaciones que producen en nosotros una alta tensión, un enervamiento eléctrico, una pasión contenida... sin embargo, sé que no es posible para la poesía esa continuidad. Los dioses no se posan con sus gracias opara nsotros todos los días.

HANNI OSSOT.


EL REINO DONDE LA NOCHE SE ABRE
Selección



NOTAS SOBRE UN VESTIDO DE AMOR

Llevo el vestido de la embriaguez y de la fuerza soy
la portadora de un solo y único mar soy lo
innumerable de la espuma
    Cada fibra del tejido es tu enredo.
Duerme, acógete ente estos hilos
    circula entre mi trama secreta que te sueña
                    te borda y te dibuja
Llega
    a esta plenitud sin centro.
Entre mis telas se traza el balancín, el columpio, la risa mientras nos lanzamos al viento
                    y los velos se avuelan
                    y los cuerpos se acuerpan.
Ven al abrazo único de este traje que te cubre, manto
                    de riegos que adulzura aristas.
Mi traje es de victoria y de reposos mi
                            traje conduce al blanco del silencio
                            más profundo
                    En su fondo: el cese
                    la noche apaciguada, acallada.
Entre estas gasas, entre sus transparencias te
    inicio, me inicio
    me colmo, me vuelco, me abro
al resplandor de la única conjunción beso de astros.
Soy la hija profusa, un cuenco de abundancias.
Mira, de este lado del hombro, un poco hacia atrás
                        casi en la espalda los frutos que se trazan
                        y más abajo las semillas
                        y las aguas, la respiración, la contracción.
Llevo mi más propio traje
    el pensado por mí, el heredado, el secreto
Lo he tejido desde la niñez, lo he amparado         lo he recibido
Mi traje es una única memoria.
Llévame a la Noche
    conduce a lo desnudo
    despójame de este saber
embriaga la embriaguez de mi embriaguez
desteje estos hilos finamente construidos
hilos de fidelidad
Vuélveme tierra absuelta
libre, excusada de sus pesos

        Dame, el profundo descanso.
        Y el amor
No sé qué sea el amor.   Estos brazos abiertos quizás
                                        Mi disposición
                                        Mi apertura
                                        Y este traje
por el que danzo en círculo con mis hermanas Nosotras, las propiciadoras del amor
                        Musas de Eros
                                        Niñas.
    Ven, vuélvete fértil. entre esta urdimbre
por la que cielos y tierra se mantienen en cohesión
Ven, danza en celebración mis hilos y mis velos
                        por ellos todo está atado
                                    junto, unido.
                                    ¡Me deshago en celebración!
    Mira estos brazos abiertos
mira el colmo de mi colmación Enloquecida, febril me ando y ondulo
    Primero un pie, y luego otro,
luego toda la hondura de un lado de mí se anda y se desanda.
    Vente, de a pasos
-como si no fuese ven de a disimulo
            como si no fuese.
Como si fuese
                                    una rara vocación
                teje mi escuela
                la maestra sabia
entre los amores del amor.
                -Y ayer
Yo te daré tú ayer, sombra de sombras antiguo vértigo
yo devolveré tú ayer antiguo tejido el vestido otro de la otra en amor.
Yo te reconstruiré entre mis ropas yo te arroparé
como si no fuese.. .
La Luna y la Noche se andan de a dibujos en mi traje -sólo para ti
    se acuerpan en mí para mi cuerpo de ti.
                La Luna, la Noche únicas reinas.
Desciende, desciende a estos intersticios
colma este cántaro
                riega
la flor que innumerable se teje entre mi traje

Di, el poema que ahora aún no he pronunciado como si esta iniciación
no fuese suficiente
Di, de lo precario de mí
di, de esta rara irregularidad
la irregular palabra de mis palabras la
sombría sombra de mi decir pinta este traje oscurecido
    de dobleces
    de fisuras
    de honduras
    Cálido. Febril.


                                                                                junio 1983
















DEL PAIS DE LA PENA

                                               "te enseñaré el miedo en un puñado de polvo"
                                                -T.S. Elliot



¿Quién soy?. .. "¿La luz que ilumina esta verja, esta tierra?"
¿Soy los árboles y las plantas? ¿Acaso el mar?
Soy colinas, riberas, agua bañada de luz
Soy un cuerpo cansado de tanta errancia
    un cuerpo y un alma cansados del miedo
    Soy el temor.
Desde lo profundo y oscuro escucho y tiemblo
Oigo lo profundo, lo oscuro, lo difícil
las contradicciones, todos los polos opuestos
las negruras, las blancuras, los intercambios
como si lo blanco reuniera a lo negro
como si lo negro reuniera a lo blanco.

    ¿Quién soy?
    Primero una pena, luego el soportar.

Veo barcos, barcos múltiples que tocan mi orilla
Veo una casa destrozada por el dolor, demasiado cercana.
Los barcos relucen en la noche
                -veo sus banderas
    ellos son el arribo, la llegada
    mas no la cura de la más antigua herida.
    Veo barcos enfermos, antiguos, dolientes
                y adentro muletas, invalidez, desazón.

¿Quién soy?

El sol me quema, incendia mi piel, ilumina mis ojos
Me vuelvo ardiente, soy ardiente         respondo con amor a la canícula.
Yo te he buscado para saber quién soy, y yo no
sé quién soy

La hojarasca me ha arrastrado
Quizás para salvarme
    Mi cuerpo está cubierto por una alfombra vegetal
    la pelusa de las hojas me acaricia
    me he hundido en lo verde
    duermo, duermo, duermo
    para que todo pase, para que todo termine de pasar.

Soy ahora el pájaro que enterré en el jardín
    duermo bajo la tierra para que todo pase
    quiero obviar el dolor y el horror. Olvido, olvido. . .
Pienso, ya no es tiempo de la resaca
    cada ola me dicta una continuidad
    nos la dicta
mi continuidad es una estación sutil, imperceptible
    a los apresurados.

Tú llegaste del país de la pena. ¿Adónde, adónde?

    El mar se abre en mí, vasto para lavarme,
        regarme
    poco a poco voy hacia él
        con respeto.

Y lejos veo los barcos
barcos cargados de llanto, de indignación contenida
                barcos magdalenas.

"¿Escribiste el poema, lo lograste hacer bien?
                        Te pregunto".
    ¿Quién soy?    Te fui a buscar
                Pero fue en Venecia donde te vi
    Allí estaban tus cosas
        manteles, bisutería, un granate, topacios
    Venecia: reposo para la melancolía.
    Padezco
    ¿Quién soy yo?
    Quiero ir a la playa, quiero ver el mar
    quiero ver la tierra estremecida por el amor del mar
    adoraré la belleza, los esplendores
    La ciudad me obliga a trabajar
                    y yo mientras tanto suspiro
                    suspiro.
    Después de tanto dolor creo que las cosas se acomodarán
                    un remiendo por aquí, otro por allá
                    estoy extenuada
    -tres años y medio de edad son suficientes
                    para entenderlo todo
                    vida, muerte, abandonos, distancias.
               
    No soy hija de la guerra, suspiro...
                    soy nieta
               
Este pasado me lo voy a tomar lentamente, con demoras
(mi marido es humorista y ríe, ríe de mí y tiene razón)
    También mi padre decía: "Hay que reírse"
    pero no pudo reír, de tanta pena.

¿Quién soy? Creo que soy una trinitaria encendida
                    una trinitaria fucsia
                    colgando sobre el muro.
He colocado mi florecer sobre el muro
                para que sea más hermoso
                            para que se suavice
    quizás quiero ocultar u olvidarme
                de esa piedra tan áspera. El muro.
                El muro de Berlín.
           
    No quiero el horror sino la tolerancia
                la casa, amigos, libros,
                el granate de amor, los hermanos.

Quiero que en mí se resuelva el mar, la hojarasca.

    ¿Dónde estás?           ¿Dime, quién soy yo?

    Los árboles están silentes, no hay grillos
                sólo lo metálico suena
                máquinas y dinero se dejan sentir
                oigo carros y al fondo una huelga
                ¡nada pasa aquí!
                pero las luces están encendidas
                        y el corazón arde.
Soy testigo de esto. Y de lo otro
            Soy testigo.

    No importa.     Allí está la flor del apamate
            Tú dijiste que era la flor del apamate.
            He visto la flor del cerezo
            era bellísima.      Doctor, era bellísima.

    Ah, tanto agobio, a veces carezco de fuerzas.

Todo lo que tenemos que cuidar: nosotros, la tierra, el alma
supongamos que la poesía también
                    y los niños, el niño en nosotros
                    la cocina, la lucidez en la cocina
    la lista es demasiado larga
                    y es demasiado para nosotras
                    ¿podrán los hombres ayudarnos?
                    ¿oírnos?
    demasiado peso; sí, demasiado peso demasiado
                    agobio.
               
    Venecia, Venezuela
                    Suspiro, tiemblo, ardo
    Mi marido trabaja y es de noche.        Las gatas chillan.
    Oigo el mar, la caracola me informa
    No todo es resolución, pero algo debe resolverse
                    algo así como una paga
                    ¿pero qué?, no sé...

¿Qué soy? Escucho algo en mí, una voz, quizás
                algo que quiere salir
                algo claro
                que ahora no entiendo, que rumorea.

 ¿Soy de la Edad Media?
                atrás están mis muertos
                atrás y cerca
                ellos, los dolientes
                los que no entendieron el absurdo
                su propio absurdo
                los que no pudieron verse aún
                ellos, los adolescentes
                los que padecían, adolecían.
           
                Una vez dije: El mar en mí no deja dormir
                                Ahora lo sé,
                                sé qué significa la vigilia
                                estoy atenta
                                llevo algas apegadas a mi cuerpo.
                           
    ¿Quién soy? ¿Una ruta? ¿Un camino?
                ¿Una carretera entre ciudad y ciudad?
                ¿Seré un intermedio, un lapso?
    No la conciliación, no. Sino algo más
    Veamos, debo clarificarme, o quizás no.

Veo una línea de palmas, una neblina
        Allí hay dos y tres
        un hombre, una mujer
        dos hombres
        lejos, niños
   
    Sé lo que ello significa
                arenisca, polvo visto entre la luz
                        puntos que atajo

    Mi corazón arde, latido a latido
                no hay fragua
                estoy en calma.
           
La casa está aquí, aquí los fuegos y las aguas
                aquí el lar
"Pero tú, tú sufriste tanto, para todo esto"

Ah... mi pasión. Ah... mis perdones
Claridad, luz divina, ven a mí.

El sol arde y quema, se consagra frente a mi otoño
El sol me habla, contra el otoño, contra la ruina
                -pero también soy el otoño.
           
Ah fruta veloz pronta a la tristeza
todo lo bello en ti, pelusa de durazno
            se regala para ser higo
            como si fuese un intercambio
            entre lo difícil y lo fresco.

Mi ámbito, ¡cuánta claridad!
Oh tierra, cuánto debo hacer para comprenderte
            cuán minuciosa debo ser.
    Ahora vivo en el detalle, en fragmentos, en trazos
            sobre la línea de un rostro.

¿Quién soy?
No tengo cara, seguro, es seguro, no tengo cara
            mis ojos vuelan más allá
                mis pómulos son contundentes
            mi cabello revolotea o se hace dócil
            la luz lo abrillanta, lo achica
            fuegos en mí arden

        Y ahora quiero algo parecido a la paz
                    algo así como lo regular
                    tiemblo encendida de tanta pasión
        (Mi marido está durmiendo... , al fin; así no me oye
        mi marido sabe cuando pienso, cuando siento,
        la resonancia de mí le llega y es fuerte).
   
        Estoy en mi cuarto, en mi "cuarto propio"
        Allí está la ardilla alemana
        las muñecas: la inglesa, la merideña
        la venezolana, la italiana
        allí está el pájaro primitivo
        la talla
                    allí la foto del balcón hacia ningún lugar
               
    Grecia, Alemania, Venezuela, Londres, Venecia, Egipto.
        Los cuidos.
        Es demasiado.   Suficiente. Suficiente.
            Carezco de fuerzas
        He dejado el poema, la palabra
        He hablado demasiado.
   
        Ya casi no hay culpas
        sólo la sombra desfalleciente de lo que somos
                    amparo
        queremos amparo
    los buques con sus luces
                        las banderas
                        los cañones, las balas, las invisibles balas
                        ya no entran en mí
    oigo sólo la voz de los grillos
                    la voz de la tierra
                    la voz de la naturaleza
                    queda, casi mugiente
                    como una imploración
                    ¿quién oye?
                    ¿quién está allí?
                    ¿quién habla?
                    Toco a
                    las puertas
    No es el de adentro quien pregunta
    Es el de afuera
                    el demolido
                    el cansado
                    el exhausto
    Y mi voz se alarga, se extiende
                    ¿Quién está allí?

    El rayo de luz se ha acortado
                    debo dormir, es de noche
                    los ángeles nos cubrirán
                    como a una pareja de amor
                        en cuido
    Mi alma sola late y veo los reflejos
    hay allí un cuaderno, hay allí un lápiz
                    un molinillo de café
                    y está la firma de Steinberg, a quien no conozo

 El grillo salta y salta -lleva la libertad en sí
        Acciono, acciono y no comprendo
                trato de comprender, lentamente
    mi niñez y mi vejez lo impiden
                tengo cuarenta años.

Dios, ¿qué significo. .. ¿quién soy?
                Hay un alba, sí
                y una medianoche
                hay un cuerpo que ondula
                hay mujeres con un pañuelo amarrado a la cabeza
                y eso significa algo, un luto quizás
                pañuelos negros para sujetar la desesperación
    creo que todo tiene significado
                sé de todo lo que significa
           
¿Quién soy? ¿Tengo yo un significado?
                ¿Soy una palabra, un viento, una planta?
                Mi corazón arde.    Lloro, ardo...
                    Ahí voy, como a la sombra de destinos
    La pluma de mi pluma está ardiente
                revoloteando, siguiendo la brisa
           
Mar, en ti confío para que des a los otros su límite
                        como a la playa
    Estoy absorta ante ti, casi espantada
                todos mis riesgos se retraen
    Cuido. Cuido. Cuido.     Habrá que ir con cuido.

¿Qué mas?           Las estrellas están allí.   Silentes.
                    Y hay obra.     Corazón.
    Si todo esto ha sido malo... ¿entonces?
                    Entonces no habrá corrección.
               
¿Quién soy?             ¿El milagro de un error?
                    La ventana se abre
                    La culpa se ventila
                    El sol irradia

        En la costa yace un marinero
                    la mujer llora
desconsuelo, desconsuelo, desconsuelo

No hay punto final para esta guerra
                    esta guerra horrible
                    esta destrucción
    mi alma ha sido partida en dos
                    piedad por mis ángeles
                    Santa Cruz
               
He llorado.             La tierra me sublima.    Los vegetales
                            La carne
                            El hombre me sublima
        y estoy por él más allá de él
                                entre cacharros y suspiros
Por ello lavo la casa
                            Y este grito solitario... ¿qué será?
Suficiente.

Es la luz de la Luna lo que hoy me ilumina.



                                                        Noviembre, 1985


CIELO, TU ARCO GRANDE
Selección





Se escriben poemas
para los hombres que no pueden orar
La laguna
    está plena
            oscura
            azul
            densa
   el cielo la besa, casi en ovación la
   vemos, desde aquí
        desde este cuarto pequeño
        sin estar allá
             sin necesidad
   devotos

                                                                 Junio 1988

 

 

HASTA QUE LLEGUE EL DÍA Y HUYAN LAS SOMBRAS
Selección




EL HORNO

El horno es un estuche, un vientre secreto
   una madre mecánica que manejo con mis fuegos y mi apetencia
Lo obligo a encender sus paredes
         lo gradúo
Le digo: abrasa a tu presa
         quema su superficie
         ablanda su centro
Le digo: trescientos grados... y su pasión obedece
       Amante sólo amante suda fuegos y se deja
       invadir por el aroma se deja
       regar por los desbordes de aquello que quema.

No es un ángulo
ni se abisma en su centro como una esfera Es
sólo caja de calor
alma no circular cuyos ritmos determino.

El horno es una hechura
       un preludio
       una red, una trampa
             el centro de la casa y de la farsa

Por él la saciedad, el olvido, el sueño, la
embriaguez Ronca el horno y no lo sabe apaga vigilias
y luces
quema la presa aniquila al comensal




Se fuga el animal, se hunde un diálogo en la noche
       se entibian las razones el horno se enfría
       quedan manchas, huellas de la cena

Los hombres recogen sus abrigos y un cuaderno ahí, una cosa...
                 Cae
    melancólico el sopor.

Es el trabajo del horno impuesto a la fiesta el
       rigor del horno
       exacto regular
       implacable adormidera mecánica
       calidez
       vientre de la casa
       secreto de abuela de hierro y de rejillas.

La reja es otra cosa
y otra el dibujo de la reja
otra y más honda, secreta, es mi división

Y ese invitado, ¡fuera!
          ¡si no fuese por mis rejas,
              la casa
          el otro horno que aquí quema!

  Febrero 14, 1982









ALMA

Cerca del peligro, plenamente disponible
                 -el alma
Entre corrientes, avanzando ciega
          Colocada entre lo infernal y la quietud.

Hay una tempestad que arranca el tronco y lo arrastra
        Hay una escisión en ascenso desde lo hondo
          una marea, un hervor vuelve, regresa
allí para la paz
                aquiétate
    sé una sola mirada hundida en el ámbito la
mañana, lo claro del comienzo
           o la fragua del día
Sé esta única unidad cotidiana
       no lo separado
       no lo marcado por la diferencia
  
  






LA NOCHE Y LA LUZ

La Noche se va haciendo en mí
                    profunda
                    revocable como una estación
La oscura esfera de lo oscuro
        ha inundado mi ámbito
        y se cierra como el beso de dos cúpulas
Ya yo no sé cuál es mi fondo Soy ahora
        noche entera
Conservo palabras
        pero hoy
        ellas no son lo suficientemente diurnas no
        pueden guiarme no son linterna
        ni lamparita de media noche
Pienso en Delfos, debo recordar Delfos
             cóncava
             iluminada
             abierta

Debo pensar en el espacio más luminoso del mundo
     Delfos, lugar nocturno hecho luz
Es preciso
         es preciso realizar de la Noche la Luz
                        
                        
                                                          Abril, 1982
                        
                        









ES KLINGT EIN LIED IN MIR

                          A Eugen Ossott


Los muertos son estrellas
       profundas estrellas enclavadas corno
       centros de luz
       en el ámbito de la Noche que aparece en nosotros
             -Dolorosa

Los muertos son fulgor de permanencia
     la Tierra prolongándose infinita infinita en
     la lejanía de un astro que desea y se mantiene
     como un acto de amor acto entre estrella y
     planeta altísima conjunción
       acto entre hombre y estrella

Los muertos son puntos brillantes manchas de retención
       entre el oscuro mar que habito,
         alta y elevada guía cuyo reino es
         la fe
         el pacto intuitivo entre hombres y astros y el
         sol, el centro que nunca sabremos pacto
         indecible...

Los muertos son las dolorosas y solitarias
      estrellas que no sabemos decir ya Raras,
      extrañas
              nos dicen diariamente
              nos cuidan a destajo
              guardianes de nosotros
                   mudos testigos
              
              

Los muertos son la fuente el origen
lo estelar ... la razón de una estrella
         Son
         la violencia a la más profunda mudez
   ambos, muerto y estrella, son el ritmo la
         propagación del canto ambos la única
         música

Suena en mí este canto
Suena en mí esta elegía festiva
         honda y altamente
         inscrita en sangre piel alma ella me
abona y hace mi tierra
Los muertos son
estrellas.

Los grandes muertos
         los perfectos heroicos puros inviolables
         e intocables
                 son constelaciones

Más allá es lo impensable
Ningún hombre puede ser más que una constelación
   Ningún hombre merece más que una corona
      o un ramo entretejido de laureles

Los hombres muertos son estrellas anónimos
        como estrellas imperturbables
        haciendo lo que deben iluminar
             desde su sacro exitoso fracaso
             la honda oscuridad de ser irradiar estériles y
             activos arder desde un centro de nada quemar
             para que la noche sea visible
              
              
              

Desde aquí, desde mi casa veo mis muertos
             plácidos en gira doméstica
En lo extranjero los veo meteoros
           lanzados
           fuera de quicio

He viajado, me he extraviado
siempre a la sombra de estrellas
       a la sombra de mis muertos
             vigilan en su fijeza en su continuidad son
             el ejemplo
             de la altísima armonía
             debo seguirlos, debo seguir el compás el
             contrapunto de su habla debo escuchar su
             luz en mí

             Ahora entiendo
                sé de estrellas
                sé de música y armonía
       
                    Me inicio.

EL CIRCO ROTO
Selección



LA MORDIDA PROFUNDA

Hay una mordida profunda
            incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
    y soy,
    y poseo y dono.
    Regalo mi cuerpo y mi ansia.

Hay una mordida en mí
    que doblega al otro
            lo arrodilla, lo inclina

por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
    vértigos
    precipitaciones
    abismos
Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
                        en el amor...
        y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
                                    y no me sabes.









ELLA ERA BELLA Y DE ELLA APRENDÍ ESTE HORROR...
                                               A Lena, mi madre
                
                               A Arlette Machado

¿De qué hablaré hoy?
            ¿de su rostro?
            ¿su traje?
            ¿de sus ojos?
            hubo y la vi
            una pleamar...
            hubo pasado
            trajes hermosos colgados en un clóset
            alcanfor...
            y la música
                    para apaciguar

¿De qué hablaré hoy?
            de ustedes?
            que no me conocieron?
            de ustedes?
                    que no me conocerán...?

            soy sólo hoy un pedazo de luna
            el rasgo de una playa
            el arañazo de un gato
el beso de uno que se creía violento
            y a quien mordí

Ella
    era bella.
    Y de ella aprendí este horror.

                                                 Abril, 1991








LA FLOR GANADA: EDELWEISS

Escalo montañas
soy una alpinista
en búsqueda de la prístina flor
                    Edelweiss

Mi ansia es un cielo alto
                rocoso
                pleno de dioses

Mi amor
mi  amor
mi amor
        es una utopia
                -Edelwemss
                la florecilla apasionada
                entreverada entre las rocas
           
Cada paso de mis brazos y mis piernas
                es un llamado
cada resbalón, una pérdida

                Sudo
                me acuerpo
                miro hacia el vértigo
                y trato de no mirar.
                Asciendo, asciendo hacia la  flor

Y cuando allí esta
                la arranco
                y la guardo en mi bolsillo
                como esperanza

                Luego viene el descenso
                ¿quién se merece la flor?
                ¿Qué hombre la merece?
           
                                                Mayo, 1991









POESÍA
                            A mis alumnos y a Lotty Ipinza,
                            cantante de óperas y poeta...

Quien vive la poesía. vive la tensión.
El cielo, la tierra. los hombres les resultan extraños.

Calla: aquí vive un Angel... !un pájaro!

La serenidad y la tormenta conciernen al poeta.
El cielo naranja sobre una colina azul
La sagrada voz del Requiem de Brahms
El plenilunio. La melancolía.

Al poeta le gusta el abrazo
el roce, los besos llenos de licor
y la caricia, la última caricia
        la caricia final
                susurrada
                infinita

¿Qué es ser poeta?
            Llorar.
            Llorar. Infinitamente.

Y escuchar una voz de hombre
        silente y viril
            por su feminidad perdida
porque la poesía es feminidad.

Y los hombres poetas deben ser femeninos.
    Y las mujeres poetas deben ser masculinas

    Y esta es ley de Dios
            Ley sagrada
   
                                            Abril, 1991








UNA  MUJER SOLA
                                  A mí  y a Gioconda Espina

Una mujer sola
      rodeada de cactus
      de Palos del Brasil
      tiene poca salida
      no puede ir al Circo
      la fiesta le está vedada
      la alegría pospuesta

Una mujer así, sola

                de ella no queda nada.

                                          Junio, 1991









LAS PASTILLAS
                            A los médicos psiquiatras

Una pastilla
dos pastillas
tres pastillas
seis pastillas
Dayamineral
Carbonato de Litio
Haldol
Neubión
Oranvit
Rivotril 2 mg
¿y el médico?

Deambulando por ahí... ahí como en la Luna
Sin saber de la verdadera enfermedad

La enfermedad es el vivir
la única
La enfermedad es el cuerpo
y las pastillas no sirven de mucho

Sólo sirve el alma
haciendo cuerpo
y el cuerpo haciendo alma

¡Fuera el Lexotanil!
                Ciao bambino...

                       
                                Desde mi experiencia en Londres 1980
                                           hasta los actuales momentos
                                                              Caracas, 1993








DE LA PATANERIA

De la grandeza del mundo
        vive el Señor

De la grandeza del mundo
            las lágrimas

Tú, a quien veo solitario
    hablando en alta voz
    por ti no doy nada.

Cunde sólo la grandeza

Puedo dar una migaja
la paz de la belleza
Santos, magnificencias
Esplendores

Ante la gloria, la patanería no se concilia
requerimos de espacios angelicales
                dulzuras
                suavidades
                una voz baja
el esplendor de un rayo cálido de luz en el cuerpo


                                                Junio, 1991








POR SALIR DEL CHARCO
                                    A Washington con Manuel

En algún lugar del mundo
una mujer se sentaba todas las mañanas
a contemplar un viejo edificio.
Y había ventanas, sí
plenas de sombras
hombres, mujeres, monstruos.
Esa casa estaba deshabitada
no había amantes, no.
Sólo aves que a veces cruzaban el horrendo paisaje.

En algún lugar del mundo
    había una lámpara rota
    que no era de ella.
También un diccionario.

Eso no podía resolver su soledad.

Había tres árboles, cuatro árboles
y ruidos, la calle, los automóviles.

En algún lugar del mundo ella
no pudo hablar con quien podría
        ser su amante.
El placer estaba vedado.
Las ambulancias pasaban
El fastidio cundía.

En algún lugar del mundo
ella se detenía
a ver un enchufe
un sofá
una mesa repleta de libros y de centavos
y al marido: mustio, callado, leyendo...

También había pastillas, muchas pastillas
y un avión que pasaba.
Llevando a gente que sí tenía lugar.

En algún lugar del mundo
        ella rezaba
        por salir
        por salir
        del charco.


                                Washington, junio 1990
                        Desde la próxima enfermedad...









EL CIRCO ROTO
                                                      A todos
                        <<Toda la vida es un drama>>
            Rafael Cadenas  (En una conversación.)

He muerto
    he trascendido la muerte
    he trascendido la vida
    más allá de mí no queda nada
                sólo rastrojos
                penas

La fiesta se ha apagado
las luces del teatro ya no existen
estoy en la nada
del Circo no queda sino un traje raído
                cansado
                descolorido.
           
                                         Julio, 1991